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jueves, 14 de julio de 2016

Agustín Fernández Paz




Casi siempre nos quedamos sin palabras y ciertamente extrañados ante la pérdida de un amigo.
De Agustín Fernández Paz además de su indiscutible calidad literaria y su legado escrito, nos queda su extraordinaria calidad humana.
De sus obras me quedo con "Un radiante silencio", exquisita novela juvenil editada por Anaya en 2006, que supone una reflexión no solo sobre el amor, sino sobre la literatura y el poder que tiene de descubrirnos el mundo en general y nuestro propio, y a veces desconocido, mundo interior.
Esta historia ha sido incluida en "Lo único que queda es el amor", editada igualmente por Anaya en 2011, rodeada de otras historias de amor.
Nos quedan tus palabras y tus silencios, igualmente importantes en tus libros. En un mundo tan ruidoso y en constante movimiento, es importante encontrar un clima reflexivo y pausado en un relato.
Agustín, descansa en paz para siempre.