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domingo, 29 de mayo de 2011

Pippa Mediaslargas

Hoy toca el inicio de un cuento sobre el que se han hecho muchos comentarios en el blog. Astrid Lindgren (1907-2002), Premio Andersen 1958, sufrió el rechazo de varias editoriales por Pippi Mediaslargas o Calzaslargas. Finalmente publicó su obra en 1945 y obtuvo un rotundo éxito, dada la originalidad del persnaje y las situaciones planteadas con optimismo y humor en clave de absurdo, que es un guiño extraordinario para los jóvenes lectores.


Capítulo Primero

Pippa llega a "Villekulla", su casita de campo


En los confines de una pequeña ciudad sueca había un huerto exuberante, y en él una casita de campo. En esta casita vivía Pippa Mediaslargas, niña de nueve años que estaba completamente sola en el mundo. No tenía padre ni madre, lo cual era una ventaja, pues así nadie la mandaba a la cama precisamente cuando más se estaba divirtiendo, ni la obligaba a tomar aceite de hígado de bacalao cuando le apetecían los caramelos de menta.
Hubo un tiempo en que Pippa tenía un padre al que quería mucho. También, naturalmente, había tenido una madre, pero de esto hacía mucho.
La madre murió cuando Pippa era aún una niñita que se pasaba el día acostada en la cuna y lloraba de tal modo que nadie se podía acercar a ella. Pippa creía que su madre vivía ahora allá arriba, en un lugar del cielo, y que miraba hacia abajo, por un agujero que había en él, para ver a su hijita. Pippa solía saludar con la mano a su madre y decirle:
-No te preocupes por mí, que yo sé cuidarme solita.
Pippa no había olvidado a su padre. Éste había sido capitán de barco y había recorrido todos los mares. Pippa había navegado con su padre hasta el día en que él se cayó al agua durante una tempestad y desapareció. Pero Pippa estaba completamente segura de que el día menos pensado reaparecería, pues no podía creer que se hubiera ahogado. Estaba convencida de que había empezado a nadar y que había conseguido llegar a una isla desconocida, en la que había caníbales a montones, los cuales le habían nombrado rey, por lo que se pasaba el día con una corona de oro en la cabeza.
-Mi padre es el Rey de los Caníbales. Pocos niños pueden hablar así -decía Pippa, orgullosa de ser hija de una hombre tan extraordinario-. Y cuando mi padre construya un barco, vendrá por mí, y entonces yo seré Princesa de ls caníbales. ¡Qué bien voy a pasarlo!


Ilustrado por Richard Kennedy, Traducido por Blanca Ríos, Barcelona: Ed. Juventud , 8ª ed. 1994

sábado, 28 de mayo de 2011

Marionetas


Por si os animáis a ir.
Es el espectáculo de una de mis alumnas de la Facultad de Formación del Profesorado, Ana Lorite
Espero que os guste

jueves, 26 de mayo de 2011

Retrato

Richard Bergh: Retrato de la pintora Eva Bonnier (1889)

El pintor sueco Richard Bergh era un buen observador psicológico y tuvo gran éxito como retratista. Si he elegido retratos de gente leyendo, ¿en éste qué ocurre? El título dice que es el retrato de la pintora sueca Eva Bonnier, pero lo he seleccionado en primer lugar porque un pintor también es un lector, en tanto que observa la realidad para plasmarla en el lienzo, nos da su visión del mundo por medio de imágenes en lugar de textos como los escritores, y además porque sobre el sillón en que se apoya la pintora, además de lo que parece ser una labor de punto hay un libro boca abajo. La luz penetra precisamente por ese lado, también detrás hay un periódico doblado.
Bergh estuvo influenciado por el paisajismo y el naturalismo francés a raíz de un viaje que realizó a Paris. Eva Bonnier vivía allí y era amiga del matrimonio Bergh. Aparentemente la pintora está relajada, pero la mano derecha que sujeta un pincel y una paleta que apenas se vislumbra por la oscuridad del cuadro en ese lado, hablan de tensión, ya que la mano parece una garra. Serían las dos facetas de un personaje que al parecer era fuerte e independiente.
Un lado aparentemente amable, cierta sonrisa, y otro lado más oscuro, difícil de penetrar.
Este retrato se mostró en la Exposición Universal de Paris de 1900. Con él, Bergh se adelanta a la pintura ambiental nórdica de la década de los 90.
La tela del sillón está pintada con trazos fuertes, pinceladas que yo me atrevería a calificar de impresionistas, lo mismo que el suelo y el libro.

viernes, 20 de mayo de 2011

Frases célebres


Para mí, los buenos libros se encuentran entre las cosas absolutamente necesarias.



(Voltaire: Cartas filosóficas, 1767)




martes, 17 de mayo de 2011

Las aventuras de Tom Sawyer

Siempre se ha dicho y es cierto, que el arranque de un texto es importante, así que voy a ir dejando en el blog el inicio de las novelas o cuentos más famosos de la literatura infantil y juvenil con el ánimo de invitar a la lectura o si ya se ha hecho, de recordarla.
Hoy traigo aquí el inicio de uno de mis libros favoritos. En este arranque podemos ver la fina ironía del autor, además de la teatralidad en las seis primeras frases de la obra.

-¡Tom!
Silencio.
-¡Tom!
Silencio.´
-¿Qué le pasará a este chico? ¡Eh, Tom!
Silencio.
La anciana se bajó las gafas y contempló la habitación por encima de ellas; después se las volvió a subir y miró por debajo. Raras veces o nunca miraba a través de ellas en busca de algo tan pequeño como un muchacho; eran sus gafas de gala, su mayor orgullo, y se las habían hecho para "lucirlas", no para utilizarlas; lo mismo le daría mirar por un par de tapaderas de fogón. Pareció quedarse perpleja un momento y después dijo, no muy alto, pero sí lo suficiente para que la oyeran los muebles:
-Bueno, si te agarro voy a...
No terminó, porque se agachó y empezó a golpear bajo la cama con la escoba, de forma que necesitaba conservar el aliento para ir marcando el ritmo de los golpes.
No hizo salir más que al gato.
-¡No he visto en mi vida un chico igual!


Mark Twain: Las aventuras de Tom Sawyer, Madrid: Alianza editorial,7ª reimpresión, 2007,Introducción y traducción de Fernando Santos Fontenla

sábado, 14 de mayo de 2011

A Lorca

De nada me sevirá ignorar la hora que es,
no tener noción de la lucha cruel,
de la aurora que me está naciendo entre mi sangre.
Acabaré pronunciando unas palabras relucientes.
Acabaré destellando entre los dientes tu muerte prometida,
tu marmórea memoria, tu torso derribado,
mientras me elevo con mi sueño hasta el amanecer radiante,
hasta la certidumbre germinante
que me cosquillea en los ojos,
entre los párpados,
prometiéndoos a todos un mundo iluminado
en cuanto yo me despierte.


(Vicente Aleixandre: Pasión de la tierra: El silencio)

jueves, 5 de mayo de 2011

Personajes

Magnífica presentación de personajes realizada por José Morán Ortí cuyo blog, Estornudos, se encuentra en Mi lista de blogs.